Estimado huésped/peregrino:
En el año 2009 abrí las puertas de mi casa para dar acogida y servicio completo de alojamiento, desayunos, cenas, lavado de sábanas y toallas, trasladar huéspedes y maletas, y facilitando en la medida de mis posibilidades para que vuestra estancia en el Albergue Camín Antiguo fuera lo más confortable y agradable posible.
Desde entonces han pernoctado aquí más de 30.000 personas, de más 30 países de todo el mundo. Cada una con sus experiencias y mochilas, físicas y simbólicas. Todas buscaban un cómodo descanso, una cama limpia, una ducha caliente y algunas horas de reposo antes de proseguir su Camino a Santiago.
He tenido el privilegio y la fortuna de que mi casa, tu casa, se hallara justo a medio camino de ese viaje. Tengo la concha que indica la dirección que has de tomar en la puerta de mi alojamiento. Éso ha hecho que este establecimiento se haya convertido durante todos estos años en punto de encuentro, de descanso, de risas y lágrimas, de batallas y desdichas, de todas aquellas personas que han depositado su confianza en mi hospitalidad para hacer un alto en el camino y compartir sus vivencias con otros peregrinos.
Pero ahora, después de casi 15 años trabajando para daros el mejor servicio posible, ha llegado la hora de retirarme y de tomarme un merecido descanso. Dentro de unos meses cumpliré 65 años. Llevo más de 40 años trabajando servicialmente para los demás, primero para mis hermanos y mis padres, luego para mis hijos y nietos, para vosotros durante todos estos años, y ahora siento la necesidad de tomarme ese descanso que tan merecidamente me he ganado y que me consta comprenderéis.
Es por ello que, por el momento, no se admiten más reservas para esta temporada. Y espero y confío que el próximo año, si la salud y las fuerzas me lo permiten, pueda abrir de nuevo las puertas de esta casa que os da cobijo y descanso.
Gracias por tu comprensión y buen camino,
Mabel Cadenas